Análisis del impacto del uso de bots en el entorno educativo

 La alfabetización tecnológica se ha vuelto una competencia transversal esencial en la era digital. Ya no es exclusiva del campo informático, sino que atraviesa todas las disciplinas profesionales. En este contexto, la literatura revisada resalta el creciente uso de agentes conversacionales como herramientas de apoyo en el ámbito académico y emocional, especialmente entre estudiantes universitarios.

Uno de los hallazgos más consistentes en los estudios analizados es la utilidad de los agentes conversacionales para reducir el estrés académico (Meng & Dai, 2021). Diversos autores señalan que el uso de estas tecnologías puede ayudar a mitigar la ansiedad generada por la carga de tareas, la complejidad de los contenidos y las múltiples exigencias tanto académicas como personales. Además, se ha documentado su rol como espacios de expresión emocional para estudiantes introvertidos o en situaciones de aislamiento social, lo cual sugiere un potencial terapéutico complementario (Galiamova et al., 2018)(Chi et al., 2023) y (Guanilo Gil et al., 2023) .

Sin embargo, el uso de estas herramientas también plantea desafíos. Uno de los puntos críticos es la confiabilidad de las respuestas que ofrecen, especialmente en situaciones que implican salud mental. Algunos estudios comparativos entre respuestas generadas por agentes conversacionales y profesionales de la salud mental mostraron resultados similares en términos de orientación emocional básica (Chen et al., 2025). Esto evidencia avances en la inteligencia Artificial, pero también subraya la necesidad de establecer límites claros: estas herramientas no deben sustituir la intervención humana profesional.

Asimismo, la dependencia excesiva puede derivar en aislamiento, deterioro de habilidades sociales y percepción de vacío emocional (Crawford et al., 2024). Estas consecuencias, aunque reportadas en menor medida, invitan a una reflexión profunda sobre la forma en que los estudiantes interactúan con la tecnología. Por ello, los autores coinciden en que las instituciones educativas deben asumir un rol activo, promoviendo el uso moderado y consciente de estos recursos.

En este sentido, es fundamental que los programas educativos incluyan no solo alfabetización digital, sino también formación en habilidades socioemocionales, técnicas de estudio y gestión del tiempo. El fomento de la autoconfianza, el autocuidado y el respeto por la salud mental son componentes esenciales para logra una integración equilibrada entre tecnología y bienestar emocional.

Si bien los agentes conversacionales representan una herramienta valiosa para el acompañamiento académico y emocional, su eficacia depende del contexto y del uso que se les dé. La revisión de la literatura sugiere que su implementación debe ser medida por criterios éticos, educativos y psicológicos, garantizando así su papel como apoyo y no como sustituto de las relaciones humanas y profesionales.

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